Se propone reutilizar unos viejos depósitos de Campsa en un centro cultural para jóvenes, intentando recuperar parte de la historia de la antigua fábrica como lugar de producción artística, con talleres ubicados en los depósitos, destinados a la enseñanza de pintura, escultura, música, teatro, fotografía, etc…
El edificio, cerrado al exterior, sin embargo se abre en su totalidad a un espacio interior con uno de los depósitos como protagonista destacado. En este espacio interior se forman las gradas creando una zona de espectáculos al aire libre teniendo como fondo conformador del escenario este depósito. Dos depósitos más de gran diámetro se maclan con el edificio propuesto constituyendo los talleres y cuatro de diámetro inferior se reutilizan como aparcamientos para bicicletas.
galería de fotos